Templos

EL KANDA DE LA TIERRA

Si bien la doctrina taoísta y los hechos sobrenaturales del su patriarca, el maestro Kélium Zeus, se empezaron a conocer en el kilómetro ocho entre Bucaramanga y Pamplona, donde se dieron las primeras conferencias y se dio a conocer la identidad cósmica del patriarca del tao, fue en el Kanda de la Tierra donde se estableció lo que por primera vez se llamó un monasterio.

El Kanda de la Tierra estuvo situado en cercanías de El Socorro, Santander. Era una finca de agradable clima cálido, sobre la vía que conduce a Bucaramanga, unos cuantos kilómetros antes de El Socorro.

Allí se hicieron procesos importantes, como el Pankatagua y el Alfara, cada uno con su respectiva correspondencia cósmica. Allí se produjo la develación de Afrodita en el cuerpo de Omaira Calderón, esposa de Kélium Zeus. Allí se ocurrió, así mismo la develación de mahatmas y maestros en los cuerpos físicos de muchos de los monjes. Este monasterio también fue testigo de muchas de las curaciones sobrenaturales efectuadas por el patriarca, incluida la resurrección de una niña cuyo cuerpo sin vida le fue presentado al maestro luego de que la hubiera atropellado un campero. También fue en este sitio donde se vivió en encarcelamiento de Kélium Zeus y Joab, situación de la que lograron librarse gracias a sus conocimientos. El Kanda de la Tierra estuvo vigente por algunos años más, después de que el patriarca acompañado de un buen número de monjes saliera hacia el mar de Buenaventura en el Pacífico Colombiano, donde fundó otro monasterio al que llamó Geoakuarius del Pacífico.

EL GEOAKUARIUS

A unos cinco kilómetros de la ciudad de Buenaventura esta el Geoakuarius del Pacífico.

Tierra húmeda y cálida, se caracteriza por ser una zona donde la lluvia azota el suelo por lo menos nueve meses del año.

Selva indomada por el hombre moderno, antiguo territorio de lémures donde los espíritus del bosque conviven y se confunden con los espíritus de los desencarnados y donde lo mismo es habitual ver la cópula fatal de una Mantis Religiosa que la lucha de dos serpientes de deslumbrantes colores o una presencia que vigila desde atrás de cada árbol.

Bosque cerrado y agreste, dejado al arbitrio de la naturaleza, donde las aguas lo mismo que caen de los cielos brotan de la tierra como en una competencia perpetua en busca de un mismo fin, y a donde llegó el patriarca del Tao, una noche con una tropa de monjes y simpatizantes, y a la luz de velas y linternas cada uno improvisó una tienda de campaña con un plástico y unas varas y esperaron que amaneciera para ver a qué lugar habían llegado.

Corría el mes de diciembre de 1991. Los partes meteorológicos anunciaban un tsunami para toda la zona oriental del mar pacifico. Buenaventura está en dicha zona. Pero también lo está toda la costa hasta la Patagonia; el peligro era general.

Esto llevó a Kélium Zeus a dicho lugar. Allí se develaron muchos dragones. Allí, en medio de la lluvia, del barro y de la selva, el patriarca construyó un mundo habitable, con corrientes canalizadas de agua, luz eléctrica, rancho para los monjes y enfermería.

El propósito principal, sin embargo, era detener, por medios que sólo Kélium Zeus conocía, el peligro que amenazaba ese lugar del continente. El maestro creó runas que fueron ejecutadas por un grupo de monjes llamados cóndores y durante dos años se hizo la labor mágica en tal sitio, hasta que fue conjurado el peligro y el patriarca y su hijo dirigieron sus pasos hacia otro lugar del país donde la fuerza de Dios les indicaba. Entonces se crea el Templo Vegetal Sakroakuarius en las montañas de Santander.

EL TEMPLO VEGETAL SAKROAKUARIUS

Sakroakuarius quiere decir: aguas sagradas. Se estableció como Templo taoísta a comienzos de 1993. Se ubica en la finca Bogotacito, de la vereda El Taladro del municipio de Gámbita del departamento de Santander, en la república de Colombia.

Fue el último lugar fundado por Kélium Zeus, patriarca del Tao. Allí se hicieron algunos de los más grandes rituales en beneficio de la raza humana de la actualidad. Allí los maestres Kélium Zeus y Samael Joab pudieron ser oídos por multitudes que llegaban de todos los lugares de la tierra. Allí se dieron doctrinas magistrales y se remitieron energías densas a energías sutiles. En sus caminos, a las orillas de sus quebradas de aguas ambarinas, en los claros de sus bosques, se conocieron algunas de las más excelsas enseñanzas y se develaron secretos que hasta entonces secretos habían sido. Y allí muchos privilegiados de la tierra pudieron conocer a los maestros.

Cuando el patriarca del Tao estaba en el Kanda de la Tierra y recomendó a un grupo de monjes conseguir un terreno para establecer un nuevo y definitivo monasterio, y éstos dieron con este lugar, Kélium Zeus ni siquiera lo pensó. Ordenó la compra del predio y al poco tiempo este fue habitado por la comunidad.

Era entonces un territorio agreste, enmarañado y fangoso a donde el patriarca debió atender los asuntos de su doctrina y de sus mensajeros sentado en una butaca, con el barro a los tobillos y alumbrado por una vela porque la finca carecía de luz eléctrica. Lo mismo, no tenía un lugar a donde guarecerse salvo un rancho en muy malas condiciones a donde se alojaron las mujeres y los niños.

Zona húmeda y montañosa, se arropaba en un tipo de vegetación silvestre donde helechos machos, piedras, gaques y diosmes silvestres reinaban de lindero a lindero; las lluvias torrenciales azotan las tardes y el sol se aparece a tras la montaña pasadas las siete y media.

Contrario que en el Geoakuarius del Pacífico, los monjes debieron soportar, en vez del extremo calor, las bajas temperaturas del lugar. El fango, las piedras dificultaban cualquier tipo de empresa. La acidez del suelo no prometía cultivo alguno. En un principio los habitantes de guarecieron debajo de plásticos. Y poco a poco fueron surgiendo cabañas de tablas, caminos, sistemas de suministro de agua por medio de mangueras, una tienda, un templeta, otra templeta y el tortuoso camino fue modificado por una carretera donde tanto los vehículos particulares como los de los taoístas pudieron transitar con menos dificultades.

No fue fácil, sin embargo, establecerse en el sitio. La comunidad otra vez se vio atacada por los enemigos de la enseñanza. Éstos no reposaron en su empeño de obstruir por cualquier medio la labor de los directores del Tao, valiéndose de cualquier pretexto para desprestigiar, para calumniar y para difamar a los nuevos ocupantes de la finca. En esto participaron tanto autoridades militares y civiles, la iglesia católica, la prensa oficialista y los grupos armados ilegales.

Hoy día la presión ha bajado porque ninguno de los fundadores del Tao se encuentra en el monasterio. Y la doctrina y los monjes siguen su vida habitual.

Nota

La historia de los fundadores del Tao, de sus luchas y de sus vidas se encuentra en los siguientes libros: El Tao de las Montañas, Afrodita Madre del Cosmos, Kélium Zeus, cuando Dios se hace hombre, y Transito, la Madre, este último próximo aparecer.

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